En sus cuarenta años de carrera, las obras de Maya Lin han variado entre sinuosas esculturas de plata inspiradas en la topografía de los ríos de Estados Unidos, colinas que se elevan por más de cuatro metros para emular el movimiento del mar, hasta una peligrosa, pero hermosa marejada de vidrio templado roto. Obras que hacen que eventos dinámicos de la naturaleza se detengan frente a nuestros ojos para ser redescubiertos.
Hija de inmigrantes chinos en Estados Unidos, Maya Lin creció en la zona rural de Athens, en el estado de Ohio, donde sus padres eran profesores de la Universidad de Ohio, además de ser poeta y ceramista, su madre y padre respectivamente. En la adolescencia, mientras estudiaba en la universidad de Yale, los profesores le dijeron que podía ser arquitecta o artista, pero no las dos. La carrera bilateral e innovadora de Lin es precisamente una prueba de lo contrario.
Lin ha creado obras que han conmemorado algunos de los temas más críticos en Estados Unidos: La guerra de Vietnam, los movimientos sociales por los derechos civiles, derechos de la mujer, derechos de los nativos estadounidenses y, sobre todo, la necesidad de poner en valor, proteger y restaurar el entorno natural. Muestra de esto son las esculturas: el Monumento a los Derechos Civiles de Montgomery, Alabama (1989) y la Mesa de las Mujeres de Yale (1993) marcan el paso del tiempo a través del agua sobre la piedra que parece estar quieta hasta que tocas la superficie. El agua ha sido una constante fuente de inspiración para Lin, su pieza Dew Point (2009), una colección de vidrio moldeado con una forma que se asemeja a gotas gigantes esparcidas en el suelo, la que empuja a disfrutar de una especie de condición húmeda que es especialmente reparadora.
Storm King Wavefield (2009), el más grande de una serie de campos de olas de Lin, reinterpreta el movimiento del agua, precisamente desde el suelo y se extiende a lo largo de más de 7.000 metros cuadrados de terreno en el norte del estado de Nueva York, ubicadas estratégicamente ahí, teniendo de fondo las Hudson Highlands y la montaña de Schunnemunk. 7 olas de más de 120 metros de largo que se hinchan a 3 o 4 metros de altura, creando una sensación de estar perdido en la inmensidad del mar.
Lin Eligió el lugar como un proyecto de recuperación de espacio, aplicando prácticas sostenibles para recrear una gravera que no se tocaba desde 1960. Aprovechando esa gravera, se agregó tierra vegetal e introdujo un sistema de drenaje natural que genera que la obra viva en un constante desarrollo orgánico.
Como una comprometida ecologista, en 2012 Lin presentó «What is Missing?», un proyecto activo que presenta la historia ecológica del planeta -pasado, presente y futuro- y documenta los lugares y especies que probablemente van a desaparecer durante nuestra vida si es que no se protegen a tiempo. Con un enfoque de múltiples sitios y múltiples formas, el memorial existe en forma de esculturas permanentes, exposiciones temporales en medios de comunicación y en un sitio web whatismissing.org, desligando la idea del memorial o de los monumentos estáticos e imaginando una plataforma para el diálogo global. Lo que nos permite a través de la ausencia, reconocer cosas que no sabíamos que ya perdimos.
Lin ganó fama en su país por primera vez a los 21 años, cuando estudiaba en la universidad, al presentar el diseño ganador para construir el Monumento a los Veteranos de Vietnam. En el documental sobre su creación «Maya Lin: A Strong Clear Vision«, se puede descubrir el espectro de emociones que contuvo en su proceso el diseño. La escultura de granito negro, que domina 8.100 metros cuadrados del Washington Mall, sirve de espejo entre dos mundos, entre los que tienen vida y los que no. Lin ha descrito el monumento «no como un objeto colocado en la tierra, sino como un corte en la tierra que después se ha pulido, como una geoda».
Desde un principio, las obras de Lin, han invitado a reconectar con la naturaleza y a cuestionar nuestro papel en ella. Que pasa cuando un animal se extingue? Cuando un bosque cambia para siempre?, o cuando nosotros ya no estemos aquí?, como reaccionamos frente a un acontecimiento natural?
La escultura de Lin actúa como desencadenante que crea un sentido de reconocimiento colectivo. Su última obra, Ghost Forest, en el Madison Square Park de Nueva York, está formada por 49 árboles de ciprés blanco víctimas de inundaciones de agua salada provocadas por el cambio climático. La instalación, que se mantendrá durante seis meses, se irá volviendo lentamente más gris y fantasmal a medida que los grandes árboles vivos del parque vayan pasando por todas las estaciones, empezando en invierno, hasta la llegada del siguiente invierno al final de la instalación, en noviembre. Ghost Forest en un inquietante símbolo de la devastación que genera el cambio climático, instalando en medio de Nueva York un bosque, que muere día a día, así como lo hacen cientos de expresiones de vida natural en el mundo en que vivimos, visibilizar ese impacto y repensar nuestra relación con la naturaleza, parece ser el constante desafío de Maya Lin.